miércoles, 15 de junio de 2011

El nuevo modelo (I): La Pirámide se convierte en Esfera

Ya nadie ni nada puede evitarlo.

Es algo que conscientemente todos y cada uno de nosotros sabemos, el mundo, pase lo que pase, ya nunca volverá a ser igual. A todos los niveles, comenzando por nuestras familias y amigos, pasando por nuestras empresas y, sin ninguna duda, a todos los niveles organizativos del sistema. Ya sean estados, comunidades, municipios, compañías, asociaciones u organismos de cualquier tipo, el cambio afecta a todas las capas de la sociedad de forma rotunda y aplastante.

Cada día nos cuesta más distinguir entre nuestro círculo profesional y nuestro círculo privado porque las redes de comunicación se han extendido e implantado de forma tan rotunda en todos los ámbitos de nuestra vida diaria que se han comenzado a derribar barreras y prejucicios de pautas de conducta crónicas y caducas que hemos arrastrado desde el comienzo de la sociedad moderna.

La clave del éxito común dependerá de las capacidades de adaptación al nuevo modelo en cada uno de los niveles organizativos del sistema y el éxito individual dependerá de nuestra capacidad de adaptación en cada uno de los núcleos a los que pertenecemos, desde los más próximos y cercanos a los más sociales y globales.

En realidad, todos intuimos y conocemos en cierta forma como podemos y debemos hacer correctamente las cosas. Pero no se trata únicamente de creer, para alcanzar nuestros objetivos debemos querer conseguirlos. Una idea no es nada sin la acción que la convierte en realidad.

Si la vida es una ilusión, y no tengáis ninguna duda de que lo es, entonces nosotros deberíamos ser los auténticos dueños de nuestras ilusiones.

Las grandes empresas tecnológicas están marcando ya los modelos organizativos del futuro. Han reinventado todos los departamentos empresariales: Ventas, Marketing, RR.HH., Producción, Logística,... y, día a día, y gracias a la supeditación de todos sus movimientos que realiza esa gran maraña informativa que es Internet, conocemos en gran detalle todas sus acciones, decisiones y acuerdos empresariales casi antes de que el personal de esas empresas esté debidamente informado.

En uno de esos grupos, el ManoftheYear_Mark-Zuckerberg realiza los Viernes una reunión abierta en sus headquarters con todos los empleados de la empresa en el que se repasan todas los asuntos abiertos de interés de la semana y cualquiera, desde el último freak informático contratado hasta el CEO de la compañía, pueden opinar abiertamente sobre cualquier cuestión o aportar ideas para el beneficio común de la empresa y, por ende, el beneficio individual de todos aquellos que la componen.

Las empresas deben desarrollar e implantar nuevas y continuamente cambiantes estrategias de mercado y, para ello, la única forma es facilitar la apertura de todos los canales de comunicación de la compañía que les permita ser más dinámicos que la competencia para poder anteponerse a los futuros problemas y asegurar la supervivencia en un mercado voraz e insaciable. Este factor ya no es clave únicamente para el sector tecnológico, es un axioma fundamental para todos.

Así lo está constatando la evolución y desarrollo en los últimos años de todos los niveles productivos del Sistema Económico.

Debe afianzarse la correcta fluidez en todos los canales de comunicación internos en la empresa.

No existe ninguna postura ni ninguna idea que no pueda ser consensuada en una conversación directa afrontada por todas las partes con lógica y sentido común y sin ningún ánimo de imposición, de revancha o de miedo a ceder o renunciar a nuestra posición. El ser humano cuenta con la capacidad de conseguir puntos de consenso incluso con con las mentes más cerradas y las ideas más irracionales que podamos encontrarnos. Porque por encima de todo, está la empatía que los seres humanos sentimos entre nosotros. Con todos nuestros miedos y nuestras cualidades, en el fondo no somos tan distintos.

La libre comunicación ha revolucionado el mundo y ha hecho que el modelo de funcionamiento de la sociedad ya no sea una simple pirámide en la que todas las capas están completamente estructuradas y a una determinada distancia de un punto superior que sería la cúspide. El nuevo modelo se asemeja más a la forma de una esfera en la que todos los puntos están igualmente equidistantes de un punto central.

Todos los puntos de la estructuran tienen la misma importancia para un correcto funcionamiento y consolidación de la misma.

En el proceso de transformación en estructuras empresariales independientemente de su complejidad o tamaño, todas las pirámides que representarían los distintos departamentos o divisiones y que formarían conjuntamente la Pirámide principal de la empresa, deben plegarse entre sí permitiendo que todas sus capas contacten, reforzando la comunicación entre todos los puntos que la componen para formar gradualmente y en un proceso utópico una esfera ideal con una libre y completa comunicación entre todos sus recursos.

El sistema esférico permite a las empresas un crecimiento más dinámico, flexible y proporcional en contra de lo que el sistema piramidal ha permitido hasta ahora y que requería de contínuas restructuraciones internas con un alto grado de riesgo y coacción para mantener un crecimiento exponencial.

En el proceso de adaptación de las empresas, el centro o cúspide del sistema puede estar represantado por distintas figuras; un CEO, un director general, el dueño de la sociedad mercantil, un grupo de inversión o diversas combinaciones entre ellos. En el proceso de adaptación al nuevo modelo, quien o que representa el centro de esa esfera es completamente indiferente, la responsabilidad del Centro es trabajar en construir el modelo esférico más ideal posible ayudado y sustentado por todos los estratos que lo componen e independientemente de la complejidad de la estructura con la que se encuentren. Es evidente que no todas las empresas se encuentran en el mismo nivel para consolidar rápidamente el cambio de modelo. Posiblemente muchos grupos pequeños puedan adaptarse más rápidamente a este modelo por la simplicidad de sus estructuras, pero también gran parte de las empresas líderes en los mercados y con alto grado de crecimiento en los últimos años, cuentan ya con sistemas piramidales sinérgicos y de un alto desarrollo en el proceso de integración interpiramidal en una macroestructura única más esférica.

En el ideal de un modelo esférico perfecto, el centro ya no estará personalizado.

El centro somos todos los que formamos parte de esa esfera. Todos y cada uno de nosotros somos responsables de sustentar y formar parte de los núcleos de los que formamos parte en nuestra vida.

De nuestras familias, de nuestros grupos de amigos, de nuestras empresas, compañías o fábricas, de nuestras ciudes, provincias o estados y también de esos macrosistemas económicas, que auguran el fin de un módelo organizativo basado únicamente en el reconomiento de estados soberanos, completamente caduco y obsoleto. Porque tenemos la obligación de luchar por los derechos básicos y fundamentales en cualquier punto de nuestro Planeta. De este Planeta esférico y dinámico del que todos formamos parte y en el que todos y cada uno de nosotros contamos para hacer de él un modelo sostenible y fiable donde todos tengamos cabida.

En el proceso de transformación de las empresas, las pirámides que forman las diferentes divisiones o departamentos deberán mejorar el flujo de comunicación entre ellas. Cada división deberá responsabilizarse por la formación y transmisión de sus funciones al resto de empleados de las distintas divisiones y de la suya propia.

El éxito radica en que todos sepamos en que parte de las pirámides que engloban la esfera estamos o podemos llegar a estar. No engañarnos a nosotros mismos. Somos un perfil y, con trabajo, puedo llegar a éste otro perfil. Con mucho esfuerzo, a lo mejor conseguiríamos llegar adaptarnos a éste otro también. Pero nunca hasta el siguiente. Porque no merece la pena engañarnos a nosotros mismos. No vamos a ser más felices. Debemos ser felices disfrutando de nuestro trabajo en el puesto que ocupemos en cada momento. Donde realmente pertenezcamos y donde nos sintamos cómodos y completos haciendo lo que hacemos.

¿Por qué no podemos ser felices con lo que ya somos o con lo que hacemos en cada momento de nuestra vida?
¿Por qué siempre necesitamos más del mañana?

Debemos darlo todo hoy. En este momento. No luchando por lo que seremos o por lo que podríamos ser "si".

Luchamos por lo que somos y lo que estamos conseguiendo.

Carpe Diem pero siendo quien realmente eres. Carpe Diem siendo tú mismo.

Y para asegurar el progreso contínuo de desarrollo, las personas que encabecen las esferas tienen que saber que para poder crecer, aquellos que les remplacen deberán mantener y superar lo que han conseguido ellos y con una mentalidad acorde a los tiempos. Ellos mismos tienen que ser conscientes de cuando es el momento en que tienen que abrir paso y colaborar el tiempo que sea necesario para que el relevo se resuelva eficazmente. ¿Cuál será su lugar antes de retirarse? El tiempo, las fuerzas y las cualidades que la empresa pueda aprovechar de él lo dirán. Todo es relativo. De la misma forma que hay personas que podrán ser enérgicos hasta el último día de su vida, habrá otros que su desarrollo laboral sea tan complejo o aleatorio que puedan alcanzar su cénit al inico o al final de su ciclo. Y otros que puedan no encajar nunca.

Porque nunca podremos integrar todo tipo de perfiles en una misma empresa. Y en algunos casos, será un logro colectivo de todos que finalmente un determinado perfil pueda encajar y que puedan incluso convertirse en piezas fundamentales en el funcionamiento de las empresas o en su futuro desarrollo.

Tenemos que aprender realmente que nadie está por encima ni nadie está por debajo.

Estamos dentro o no estamos dentro.

Aquí estás para trabajar por ti y por todos. Por ti pero también por la empresa a la que perteneces. Seas auntónomo, o trabajes en un bar, una PYME, una multinacional o un gobierno. Da igual las dimensiones de la compañía o que el trabajo que realices tenga más o menos repercusión o esté más o menos valorado socialmente. Estás ahí por tus compañeros y porque tu empresa funcione lo mejor posible y se desarrolle de forma sostenible dentro del marco de resto de empresas y organismos externos.

Porque al fin y al cabo, ¿no seríamos todos esferas dentro de esferas?

Estamos preparados para desarrollar el sistema más perfecto para que el progreso humano tenga un sentido común y único.

Y lo tenemos que hacer siendo nosotros mismos. Quitándonos las caretas. Porque ya no somos varias personas distintas dependiendo del momento o de donde o con quien estoy. Soy el mismo en mi trabajo, con mis amigos o con mi familia. Somos quienes somos Siempre. Y quien no sea capaz de ser y comportarse siendo sincero consigo mismo y los demás dentro de mi círculo no tiene derecho a estar en él. Si una persona no es capaz de convertir sus quejas, sus críticas, su cansancio y sus malas intenciones en trabajo efectivo día a día aportando que todos y cada uno de los que componen su círculo estén satisfechos haciendo lo que hacen y estando donde están, entonces esa persona no merece estar aquí.

Porque como vamos a ser capaces de salir juntos de esta crisis si lo único que nos preocupa son nuestros números y ratios personales. En estar o en aparentar estar por encima de mis compañeros en mi trabajo para no ser yo el "nominado" para salir de la Academia. Porque en estos momentos que necesitamos completa motivación y energía para salir juntos de esta profunda crisis, hacemos todo lo contrario y sacamos siempre nuestro peor lado. Porque no importa la nacionalidad, raza o creencia, todos somos capaces de matar por sobrevivir cuando nos vemos amenazados. Porque todos creemos que tenemos ese mismo derecho.

Y sí. Todos tenemos el derecho a un trabajo digno y tenemos que luchar porque sea un derecho para todos y cada uno de nosotros.

Porque no importa lo que ocurra. Las cosas podrán irnos mejor o peor porque nada es realmente perfecto.

Pero, ¿de verdad importa tanto?

Nosotros lo habremos intentado. Porque somos positivos y porque en nuestros otros círculos tenemos la estabilidad necesaria para no venirnos abajo porque somos personas PO-SI-TI-VAS. Y esto no puede quitárnoslo NA-DI-E. No importa lo que te pisen, te estorben o incluso te empujen los maromos en la discoteca para que parezca que tú no bailas tan bien como ellos. Para que tengas miedo. Pero tú sabes que tú no tienes miedo. Son ellos los que tienen miedo de ser más debiles o más NE-GA-TI-VOS que tú. Y que la única forma de aparentar ser más PO-SI-TI-VO que tú es atrapándote mentalmente y condicionarte para que estés más NE-GA-TI-VO que ellos. Pero tú estás I-LU-MI-NA-DO y nada ni nadie puede quitártelo. Tienes energía para dar y repartir a todos los que te rodean. Porque por mucho que nos engañemos, todos queremos estar ahí. Sin miedo. Todos juntos.

Y todos tenemos que trabajar porque el cambio se produzca en todos nuestros grupos y empresas.

Y las empresas deberán adaptarse para ser cada vez más flexibles a un nuevo modelo más dinámico. Dentro de nuestras empresas se han generado una serie de procedimientos de trabajo que limitan la capacidad de decisión y movimiento de muchos grupos de trabajo y personas. Tenemos que entender que los procedimientos tienen que ayudarnos a realizar una trabajo más eficaz y proactivo que nos permita ser más libres y resolutivos en nuestros trabajos sin limitar las posibilidades de desarrollo de nadie.

Porque todos juntos formamos nuestro grupo.

Porque si creemos en nosotros nadie será más fuerte nunca.

Porque lo queremos de verdad y es nuestro sistema.

Es nuestro modelo.


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