domingo, 17 de octubre de 2010

La Superación del Miedo y el Autocontrol son las claves de la Evolución

¿Qué es el miedo?

¿Cómo podemos distinguir el miedo de un pensamiento lógico y racional?
¿Cómo se manifiesta el miedo en nosotros mismos y cómo reaccionamos ante él?

El miedo, según es definido por la R.A.E., es una perturbación angustiosa a un riesgo o daño real o imaginario.
Según esta definición, y por el hecho de que sólo el ser humano puede ser consciente de un daño real o imaginario, deduciríamos que únicamente nosotros podemos sufrir o padecer los sinsabores del miedo.

Pero por nuestra propia experiencia personal sabemos que el miedo es un sentimiento primitivo inherente a la vida misma. Un miedo presente de una forma u otra en todas los seres vivos que habitan el Planeta. Racional o irracional. Consciente o inconscientemente. El miedo es un sentido que nos alerta de los peligros externos y que permiten persistir a los seres vivos desde el mismo momento de su nacimiento.

Un sentido tan importante como peligroso. Porque el miedo debe permitirnos reflexionar de forma lógica y racional sobre nuestras acciones pero no impedirnos nunca superar ciertas barreras en nuestras vidas y en nuestra evolución.


¿Cuántas veces en la historia de la humanidad se han tomado decisiones únicamente motivadas por el miedo a lo desconocido? 
¿Cuántos de nuestros mayores logros han sido gracias a la perseverancia de ciertas personas por superar un miedo irracional guiados por la lógica de la aceptación?

Si contemplamos de forma global todo el conocimiento que el ser humano ha adquirido durante miles y miles de años de evolución, resultaría lógico pensar que el miedo tendría que haber disminuido proporcionalmente a todo ese conocimiento colectivo. 
¿Qué le queda al ser humano por conocer? ¿Qué ocurrió en el primer dieciseisavo de segundo del Big Bang? ¿Qué se esconde detrás de los cuantos de energía? ¿Cuántos planetas habitables existen en el Universo?


Por extensión, el conocimiento global nos permite tener una visión bastante completa de lo que somos o lo que no somos. Y aún así, nada de esto parece estar presente en el día a día de nuestras vidas diarias.

Desde que el hombre fue consciente de su propio miedo, también han hecho del miedo un arma muy poderosa aquellos interesados en manipular siempre a los demás. No solamente no permitiendo que las personas fuesen capaces de superar los miedos más primitivos creando supersticiones y mitos sobre todo lo conocido, si no también infundando otros imaginarios en el subconsciente colectivo.
Queramos o no queramos admitirlo, el miedo es un arma de control utilizada por todos los tipos de autoridad conocidos desde el comienzo de nuestra historia. Únicamente los puntuales empeños individuales o colectivos de ciertas personas nos han permitido superar determinadas barreras evolutivas que nuestro propio miedo había erguido.

Pero el miedo sigue controlando nuestro mundo. Y no solamente los gobiernos se ocupan de manipularnos para sus oscuros intereses de control, miles de empresas se lucran de nuestros miedos hoy en día: compañías de seguros y bancos, la industria farmacéutica, los medios de comunicación, gigantes informáticos de software antivirus, la industria del ocio en forma de libros, películas, series o videojuegos, sistemas de protección personal, dispositivos de seguridad y así, hasta un largo etcétera de sectores que han tenido, tienen o tendrán en el miedo su mayor filón de negocio.